1 – Ni verdad, ni historia, ni familia, ni identidad. Aquí preferimos la mentira, la ficción, el amor siempre fuera de los miembros de una misma familia y la revolución identitaria.
2 – Aunque sorprenda, las palabras no existen, no son referenciales, sólo posibilistas. Es decir, todo lo que se diga, todo, siempre es mentira